Llegamos al último mes de un año, muy peculiar, Diciembre!

Y aunque reconocemos que fue particular, queremos despedirlo y agradecerle infinitamente, todas y cada  una de las invitaciones que nos hizo durante estos últimos 8 meses. Las reflexiones profundas y la práctica absoluta de Yoga, como parte esencial de nuestra vida.

Al día de hoy, confirmamos cual importante es vivir Yoga en todas las edades y que esa semilla tarde que temprano germina y da frutos.

Al día de hoy también confirmamos que el tiempo ha pasado rápido, que la «nueva normalidad» es cansada, que extrañamos ver a nuestrxs amigxs, abrazarles y salir por ahí, sin tanta restricción.

Al día de hoy les hacemos una invitación:

¿Qué tal si este mes, nos disponemos a llevar a nuestro cuerpo constantemente a una PAUSA?

Una PAUSA, que quizá requiera del sonido de algún instrumento musical, que requiera de la participación de toda la familia, que todos tengan la oportunidad como mínimo de una vez al día hacer el llamado y que nos reconecte con cualquiera de las emociones por las que andemos navegando.

Así que lo primero es invitar a todxs en casa, poner un instrumento musical al alcance de todxs y dar los turnos; cada vez que este instrumento suene en casa, quizá es porque alguien necesita calma, o se siente con alguna necesidad particular o simplemente desea conexión.

Al sonarla, todos paran lo que están haciendo; se detienen, enraizan las plantas de los pies y hacen tres respiraciones largas y profundas, podemos empezar con una e ir subiendo poco a poco. Al terminar, agradece ese momento y a seguir con nuestro día.

Cómo ves? Te suena?

Si te late el corazón y sientes que puedes sumarlo como un hábito más para tu casa y que ahora en vacaciones y con las festividades puede suceder, pruébalo y cuéntanos.

Un abrazo